¿QUÉ ES LA SOSTENIBILIDAD?

Cualidad de sostenible, especialmente las características del desarrollo que asegura las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de futuras generaciones.

De aquí podemos extraer varios conceptos más, como la definición de sostenibilidad ambiental, que es aquella que pone el acento en preservar la biodiversidad sin tener que renunciar al progreso económico y social; la sostenibilidad económica, que se encarga de que las actividades que buscan la sostenibilidad ambiental y social sean rentables, y la sostenibilidad social, que busca la cohesión de la población y una estabilidad de la misma.

En definitiva, la sostenibilidad y el desarrollo sostenible funcionan siguiendo el principio de que no se pueden agotar los recursos disponibles de forma indiscriminada, hay que proteger los medios naturales y todas las personas deben tener acceso a las mismas oportunidades.

Las energías renovables son fuentes naturales inagotables que generen electricidad limpia contribuyendo a lucha contra el cambio climática y la sostenibilidad del planeta.

El desarrollo sostenible a nivel económico y medioambiental

El desarrollo sostenible debe plantar cara a grandes problemas a nivel global que deben solucionarse si realmente queremos conseguir una sociedad más sostenible: por ejemplo, el efecto invernadero o la destrucción de la capa de ozono en términos ambientales, el acceso al agua potable o la superpoblación en términos sociales… En nuestro blog ya te hemos hablado de ellos algunas veces, ¿recuerdas?

A nivel económico

En cuanto a la economía, sería conveniente empezar a utilizar diferentes indicadores macroeconómicos de carácter social y ecológico para evaluar si las empresas son, además de rentables, sostenibles. Nos referimos a indicadores como el porcentaje de su transporte que realizan de modo sostenible, el porcentaje de energías renovables que utilizan, la superficie de tierra que explotan de modo sostenible, por citar algunos ejemplos. De esta manera, el sistema económico mundial empezaría a basarse en un crecimiento que tuviera en cuenta cómo éste afecta tanto a la sociedad como al medioambiente, lo cual no sucede con el indicador actual (el PIB).

Este indicador marca el valor de la producción de un país y, por tanto, se rige según la idea de que cuanto mayor sea la producción, más riqueza habrá. Sin embargo, en esta medida estadística no se tienen en cuenta muchísimas variantes como las que te comentábamos antes, lo cual está suponiendo un colapso para el planeta. ¡No lo perdamos de vista!

Un gran ejemplo de cómo la economía sostenible puede ayudar a mejorar las ciudades y a crear empleo es la ciudad de Güssing, en Austria: hoy en día, cubre más del 50% de la energía que necesita con energías renovables y ha pasado de ser una de las ciudades más pobres a convertirse en un lugar con una gran proyección de futuro, que aspira a ser totalmente autosostenible.

A nivel medioambiental

La necesidad de apostar de una forma definitiva por las energías renovables es otro de los grandes problemas a los que se enfrenta la sostenibilidad: el consumo de energías tradicionales, como el petróleo, está suponiendo un desgaste ambiental que muy pronto será irreversible. ¿Permitiremos que las generaciones venideras sufran las consecuencias?

 

Aun así, el primer objetivo que tiene que alcanzar la sostenibilidad es conseguir crear una conciencia global: debemos entender, de una vez por todas, que vivimos en un planeta interconectado, que nuestras acciones afectan a los demás y que las decisiones que no tomemos hoy repercutirán sobre nuestros hijos e hijas mañana. ¡Todavía estamos a tiempo, pero cada minuto cuenta!